“Nueva Roma” Escrito de Carlos Solari.
¿Cómo está la juventud hoy en día? ¿Se ha reforzado el vínculo entre los adolescentes? ¿Las nuevas tecnologías de la mano de la globalización, han traído herramientas que permiten a los miembros de la sociedad conectarse?
Son tan variados los interrogantes como las posturas. Veo a la globalización con un efecto más negativo que positivo. Esto se da principalmente en los países subdesarrollados ya que son las victimas directas de la una de las últimas etapas del capitalismo, este proceso de globalización. No se pone en duda que estos países, como la gran mayoría de los sudamericanos, no sean destinatarios de las nuevas tecnologías, sino todo lo contrario, estas llegan pero sin un acompañamiento para tanto la compresión como utilización de las mismas.
Estas tecnologías además son insertadas en la sociedad con una lógica de mercado concreta que es llevada a cabo por grandes capitales privados, quienes ensanchan sus ganancias con el costo de una división social que acentúa diferencias a partir de la brecha digital generada entre quienes logran tener acceso y quienes no a esas tecnologías.
Estas diferencias también surgen en el mercado laboral para las personas, donde las exigencias técnicas son cada vez más importantes relegando otra vez a quienes tienen poca accesibilidad. Y generando jóvenes insatisfechos, explotados con subcontratados, con trabajos temporales. Junto de la mano viene la inestabilidad del salario provocando a la vez privaciones al acceso de atención de la salud y seguridad social.
Otra forma que propone este proceso capitalista es globalizarse como consumidor. Donde las campañas de las grandes empresas prometen, por ejemplo, con sus productos un camino a la felicidad y el éxito ilusorios, puntualizando la necesidad pertenecer a los estratos más altos de la sociedad.
Hoy en día se ven a las redes sociales en todo su esplendor, también como se puede acceder a las mismas desde el celular, con todo tipo de frases, contando si están estudiando, si hicieron el amor, si se pelearon, cualquier tipo de cosas y aquí se mezcla lo personal, lo privado con lo público. Estas redes sociales desvinculan a las personas, deshace las relaciones cara a cara mostrando la superficialidad de los jóvenes, o simplemente personalidades falsas, virtuales o aquellas vidas que anhelan tener.
En esta imagen pública cualquiera es “el pequeño gran matón de la Internet” (“Alien Duce” tema del disco Último Bondi a Finisterre) porque cualquiera es popular en Internet si lo desea, y el deseo de los fans y aficionados se multiplica en adoraciones varias, donde muchas veces los costos pagados son caros, mas allá del dinero en si, si no se apunta a una felicidad edulcorada y efímera que termina al final del juego generando un infelicidad real y cotidiana.
Iñaki
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